Los sustitutos del azúcar son muchos y
de diferentes orígenes. Sus efectos colaterales son poco conocidos y en muchos
casos se comprobó que pueden ser
dañinos.
Muchos científicos en el mundo están
abocados a estudiar estos productos con la finalidad de poder señalar a ciencia
cierta cuales son factibles de consumir sin que produzcan daños al organismo
humano. Lamentablemente esto llevará tiempo, por lo que es necesario que la
población entienda que es muy difícil, o mejor dicho, imposible luchar en
contra de las multinacionales que nos abarrotan de productos sin que les
interese el daño producido, de modo que la importancia radica en la
concientización de la población, tomando muy en cuenta que:
- Estos productos no pueden ser consumidos
en forma indiscriminada.
- Hay algunos que ya han sido catalogados
como peligrosos potenciales, lo que implica que no deben ser utilizados.
- Los edulcorantes no matan pero afectan
la calidad de vida.
- La población debe tomar conciencia y
aprender a controlar y conocer lo que consume.
- No nos dejemos convencer por el consumismo.
Se deben tener en cuenta también que;
que si los edulcorantes se emplearan como corresponde los primeros consumidores
deberían ser los diabéticos y los
obesos.
Es importante
señalar que el azúcar, para el organismo tiene un valor calórico
importantísimo; puesto que la glucosa es el nutriente fundamental de las
células. Si todas las empresas llegaran a reemplazar la sacarosa por
edulcorantes artificiales, entonces, es posible que se disminuya la capacidad
energética del organismo.
Cuando desciende el nivel de glucosa en
la dieta aparece la astemia, que es un estado de fatiga.
No se debe olvidar que la amplia
difusión de los edulcorantes obedece también a pautas culturales: la errónea
consideración de la delgadez como el estado nutricional óptimo y deseable.
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